EL
ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD PROGRESIVA, CRÓNICA Y DEGENERATIVA
El alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas. La enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado.
Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce tolerancia. Es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber. Al suspender la utilización de alcohol, se desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad.
Por
otra parte el alcohólico pierde el interés por lo que le rodea, lo
cual puede ocasionar la pérdida de su empleo y de su familia.
El
alcoholismo es una enfermedad tratable y la medicación ha llegado a
estar disponible para prevenir las recaídas, pero la cura aún no ha
sido encontrada. Ello significa que es posible sostener la abstención
por un periodo largo de tiempo, con lo cual la salud del alcohólico
mejorar; sin embargo la recaída es un riesgo permanente.
El
enfermo, debe acudir al médico lo antes posible. Mientras más
pronto se obtenga tratamiento médico, mayores son las posibilidades
de recuperación. El Médico hará un examen físico con especial
atención en los órganos que más daña el alcohol: hígado, cerebro
y corazón. Puede recetar medicación para reducir la ansiedad y
también tratará problemas subyacentes, corrigiendo su dieta a
través de una mejor nutrición.
El
mejor cuidado es prevenir la dependencia al alcohol. Si existe un
historial personal o familiar de alcoholismo, el único recurso para
superarlo es abstenerse por completo del alcohol. Sin embargo los que
tienen dependencia del alcohol pueden beber con moderación; para
ello siga los siguientes consejos: No beba nunca para levantar el
ánimo, ni mucho menos con el estómago vacío; no tome bebidas
puras, disminúyalas con hielo, agua o refresco; beba lentamente;
alterne bebidas alcohólicas con bebidas sin alcohol; no beba si esta
tomando medicamentos; si bebe no conduzca ni realice acciones que
requieran un perfecto estado de los reflejos.